lunes, 9 de diciembre de 2013

DÍA DEL CATEQUISTA, AÑO 2013 (GALERÍA DE FOTOS). SENSUNTEPEQUE, CABAÑAS

 Mons. Elías Rauda, exhortando a los catequistas
 La quiebra de piñatas
 El evento congrega a unas mil personas, entre catequistas y personas invitadas
 El P. René Barrera coordinando el sorteo de regalos
 Los jóvenes de la parroquia San Miguel Arcángel representando el martirio clásico y el contemporáneo
 Teatro para catequistas
 El P. Rogelio invitando a los catequistas a apoyar la misión Ad Gentes
 Los encargados de la agenda
 Perspectiva de los asistentes al Día del Catequista
 El P. Ángel Flores, Vicario General, presidiendo la Eucaristía durante el evento
 El P. Salvador, director de la IAM, y P. Juan Chopin, coordinador de Catequesis
 Presencia de religiosas en el evento
Se trata de la fiesta de los catequistas
(La fotos han sido tomadas por las OMP Diocesanas)

Discurso a los catequistas (Sábado, 7 de diciembre de 2013)
Por: Pbro. Juan V. Chopin.

Estimados catequistas.

Sean bienvenidos a esta segunda celebración del Día dedicado a ustedes los catequistas.
El Papa Francisco, en su Exhortación Evangelii Gaudium, dirigiéndose a los párrocos les hace mención de la importancia de que en su predicación y en la catequesis tengan un lugar especial las virtudes de la justicia y la caridad:
                          
si un párroco a lo largo de un año litúrgico habla diez veces sobre la templanza y sólo dos o tres veces sobre la caridad o la justicia, se produce una desproporción donde las que se ensombrecen son precisamente aquellas virtudes que deberían estar más presentes en la predicación y en la catequesis (n. 38).

Según estas palabras, los párrocos no sólo se deben concentrar en argumentos moralizantes, sino que tanto su predicación como la catequesis debe estar orientada hacia la transformación social y personal.
En otra parte, el Papa, habla de la participación de personas en el testimonio cristiano, pero se trata de un esfuerzo que muchas veces no es de la misma intensidad en todas partes:
Se cuenta con un numeroso laicado, aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebración de la fe. Pero la toma de conciencia de esta responsabilidad laical que nace del Bautismo y de la Confirmación no se manifiesta de la misma manera en todas partes (n. 102).

En su último documento, el Papa da un sentido kerygmático a la catequesis: Hemos redescubierto que también en la catequesis tiene un rol fundamental el primer anuncio o «kerygma», que debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial (n. 164).

El Papa nos dice algo muy bonito: En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte» (n. 164).

El kerygma, nos dice el Papa, debe estar ciertamente al inicio del proceso del discipulado, pero recomienda que acompañe todo el proceso de catequesis: (n. 165) No hay que pensar que en la catequesis el kerygma es abandonado en pos de una formación supuestamente más «sólida». Nada hay más sólido, más profundo, más seguro, más denso y más sabio que ese anuncio. Toda formación cristiana es ante todo la profundización del kerygma que se va haciendo carne cada vez más y mejor, que nunca deja de iluminar la tarea catequística, y que permite comprender adecuadamente el sentido de cualquier tema que se desarrolle en la catequesis.
En un modo más específico, el Papa habla de unas características del anuncio y de unas actitudes que debe tener el evangelizador:
Características:
·         que exprese el amor salvífico de Dios previo a la obligación moral y religiosa,
·         que no imponga la verdad y que apele a la libertad,
·         que posea unas notas de alegría, estímulo, vitalidad, y una integralidad armoniosa que no reduzca la predicación a unas pocas doctrinas a veces más filosóficas que evangélicas.
Actitudes que ayudan a acoger mejor el anuncio:
·         cercanía,
·         apertura al diálogo,
·         paciencia,
·         acogida cordial que no condena.
El gran reto que se nos presenta es poner en práctica estas sugerencias del Papa. Podemos lograrlo en el ejercicio cotidiano de la catequesis, con nuestro empeño, con nuestra fe. El Papa nos exhorta: ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!


Dios les bendiga y muchas felicidades en el Día del Catequista.


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